DÍA 8 DE MARZO
DÍA DE LA MUJER TRABAJADORA
Hoy es el día de la Mujer Trabajadora, un día ideal para felicitar a nuestras madres, tías, abuelas, tutoras, vecinas, etc. Felicitaremos a nuestras madres por el trabajo que realizan diariamente en nuestras casas como una obligación. Hoy es un día especial para felicitar a todas aquellas mujeres luchadoras que cuidan de su familia sin recibir en muchas ocasiones ni una sonrisa a cambio.
En esta ocasión recordaremos a aquellas mujeres olvidadas de la generación del 98, en muchas ocasiones, por la historia que desarrollaron labores innovadoras y creativas y que por ser mujer no fueron reconocidas en su tiempo.
Lidia Falcón, abogada y feminista, publica en el periódico El País, el 1 de abril de 1998, el siguiente artículo relacionado con las mujeres escritoras de esta generación. Espero que en el debate de hoy no las olvidéis.
"En el índice informatizado de la Biblioteca Nacional aparece el ítem: Escritores de la generación del 98". Cuando se le solicita "escritoras
de la generación del 98", la pantalla aparece vacía. Con este mismo
criterio, se está conmemorando el centenario de aquel infausto año 1898.
Ni un nombre femenino aparece en los escritos de historiadores,
literatos, filósofos, periodistas, que indique al lector la existencia
de mujeres en la España del final de siglo. Ni la de las mujeres
anónimas, que tan mal vivían en un país que despilfarraba la riqueza en
guerras imposibles, ni la de las más de doscientas escritoras,
filósofas, dramaturgas, periodistas, corresponsales, que enriquecieron
su época. Y el feminismo. Porque en 1898 se habla de feminismo en el
mundo desde hace medio siglo.Las más famosas escritoras españolas de esa
época defendieron el feminismo aun a costa de arriesgarse al repudio
familiar y a la befa pública. A la vez que escribieron todos los géneros
literarios: novela, cuentos, poesía, artículos, obras teatrales,
crónicas y corresponsalías. Viajaron por diversos países y enviaron sus
experiencias a los periódicos españoles, que abarcaron periodos de
tiempo tan importantes en la historia reciente como las guerras
carlistas, el liberalismo, la Restauración, los movimientos sociales, el
auge del anarquismo y el sindicalismo, el nacimiento del socialismo, la
Primera Guerra Mundial y la Revolución de Octubre. Y financiaron,
dirigieron y escribieron las primeras revistas dedicadas a las mujeres,
donde denunciaron la situación en que se encontraban, sometidas a toda
clase de vejaciones y explotaciones, al entrar a trabajar masivamente en
las fábricas. Los alegatos en favor de redimir tan dura condición se
repiten en toda la obra de las escritoras. Mientras, excepto Vicente
Blasco Ibáñez, los noventayochistas padecen una total indiferencia por
los terribles sufrimientos que acosaban a la mitad de la población
española.
Para los escritores del 98, la batalla dialéctica entre los
partidarios del casticismo y los de la modernidad no concernía a las
mujeres. La España que se disputaban unos y otros era no sólo una España
que sufría la pérdida de las últimas colonias, que se agitaba entre la
pervivencia de una estructura económica agrícola y caciquil y la
renovación industrial, sino también, y fundamentalmente, masculina.
Cuando se acerca el siglo XX, varias de las escritoras que han nacido
en pleno XIX siguen produciendo una obra estimable, reconocida por sus
contemporáneos. Carolina Coronado tiene 75 años y aún versifica con la
misma extraordinaria facilidad con que lo hacía de joven. Gertrudis
Gómez de Avellaneda ha vivido el mayor éxito del que jamás ha disfrutado
una escritora en España, con sus dramas en verso. Concepción Arenal ha
muerto en 1893 dejando el más importante legado del que puede
enorgullecerse España de estudios penales criminológicos y
penitenciarios, premiado por la Academia de Ciencias Morales y
Políticas.
Emilia Pardo Bazán, la más ilustre y reconocida literata, es ya una
figura famosa en el mundo entero. Sus novelas se conocen en varios
países, y sus colaboraciones periodísticas, su crítica literaria del
naturalismo y su defensa apasionada del feminismo la harán protagonista
de casi todas las polémicas de la época. Lo cierto es que el recuerdo de
Emilia Pardo Bazán se ha ido diluyendo en la débil y olvidadiza memoria
de la crítica literaria española, y, sobre todo, tan machista... Porque
los inmortales de la Real Academia de la Lengua, de los que nadie
recuerda nada, nunca le permitieron sentarse a su lado, y el olvido con
que hoy se la está ninguneando, muestra el desprecio con que los
mandarines de la cultura tratan a una de sus más geniales escritoras y
pensadoras.
Pero otras muchas, que no por menos conocidas tienen menor mérito,
están escribiendo y publicando sobre los temas candentes de ese fin de
siglo. Si tenemos en cuenta que en 1870 sólo el 9,6% de las mujeres sabe
leer y escribir, resulta sorprendente el número de las que cultivan las
letras y publican sus obras.
Rosario de Acuña y Villanueva, escritora, dramaturga, periodista,
perseguida por sus ideas liberales. Regina de Lamo Jiménez escritora y
periodista anarquista. Apasionada defensora del sindicalismo y del
corporativismo, difundirá las ideas más avanzadas que nacen con el siglo
XIX: el control de natalidad y el aborto, la eugenesia, la eutanasia,
el amor libre.
Faustina Sáez de Melgar es una de las entusiastas dedicadas a la
promoción de la mujer. Funda el primer Liceo Femenino de la Villa y
Corte. Es también poeta y novelista. Sofia Pérez Casanova, la más
ilustre escritora gallega después de Rosalía de Castro, ha sido injusta y
malévolamente olvidada, a pesar de haber sido propuesta para el Premio
Nobel en 1923. Concha Espina, también propuesta para el Premio Nobel dos
veces, en 1929 y en 1931. Blanca de los Ríos, que forma parte de
algunas Academias de rango provincial, a la que se concede en 1924 la
gran cruz de Alfonso XII y se le dedica un homenaje en la Academia de
Jurisprudencia de Madrid, no alcanza tampoco el ilustre sillón de la
Real.
Carmen de Burgos es de las más combativas feministas. Trabajadora
incansable, llega a escribir el increíble número de 105 novelas cortas. Y
Dolores Moncerdá, Carmen Karr, Catalina Albert (Víctor Catalá), María
Lejárraga y García... ¿No son demasiadas para olvidarlas a todas?"
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